DESCRIPCIÓN:
Aproximación
al punto de inicio de la ruta.- Desde la autovía Santander-Oviedo
cogeremos en Unquera el desvió hacia Panes, una vez en Panes nos
desviaremos hacia Arena de Cabrales, para posteriormente coger la
carretera a Ponte Poncebos y desde allí dirigirnos a Sotres. Antes
de llegar a Sotres, en una curva muy cerrada a izquierdas, por la
derecha sale una pista agrícola, que al momento se bifurca en dos,
a la izquierda la pista que va a Aliva, nosotros seguiremos por la
de la derecha, hasta los Invernales del Texu 880 m. de altitud. Al
final de la pista (Curva muy cerrada a izquierdas), buscaremos un
sitio donde estacionar el vehículo. |
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Desde
aquí comenzaremos a caminar hacia el Collado de Pandebano, se nos
presentan dos alternativas, un sendero
por la izquierda (frente a la pista) sube con fuerte
pendiente y otro por la derecha (el cual utilizamos nosotros) con
una subida mas suave, |
pasaremos junto a
una casa y después el sendero se dirige hacia nuestra izquierda,
alcanzando el Collado de Pandebano (1212m.), allí nos encontraremos
un cartel informativo indicándonos la dirección hacia la Vega
Urriellu, hacia la cual nos dirigimos. |
Atravesaremos la
amplia pradera, hasta alcanzar la Majada de la Tenerosa (1315m.)
donde veremos que sale un cómodo sendero que pasa junto a unas casas
de piedra. |
Seguiremos
subiendo por el sendero que nos llevara hasta el Collado Vallejo, no
sin antes recrearnos con las vistas a nuestra derecha de la
población de Bulnes, al fondo del barranco. El sendero nos muestra
al frente la subida que nos espera hasta alcanzar el Collado Vallejo
(1540m.) |
Alcanzado el
Collado Vallejo, el entorno empieza a ganar en espectacularidad.
Picos de Europa nos ofrece su impresionante belleza, con el Picu al
frente.
Pasaremos por un puente de
piedra natural, junto a una pequeña sima y veremos una amplia panorámica,
por la que discurre el sendero que nos llevara a la Vega de Urriellu. |
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El sendero
desciende ligeramente, para nivelarse posteriormente, ofreciéndonos
un cómodo caminar por el costado de la pared rocosa, en el que nos
iremos recreando con las vistas del barranco a nuestra derecha.
También observaremos la dura senda que asciende desde Bulnes hacia
la Vega del Urriellu. |
Una vez bordeada
la pared, el sendero comienza a ganar altura en interminables zetas,
con la cara norte del Picu a la vista, iremos subiendo por ellas
hasta alcanzar la Vega del Urriellu, donde se encuentra situado el
refugio J. D. Ubeda (1960m), a los pies del mítico Naranjo de
Bulnes. |
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La cima del Picu
Urriellu (2519m) supone un gran reto para la mayoría de los
montañeros, nosotros no conformaremos con observar desde el refugio
esta enorme masa caliza de forma piramidal, con una enorme
dificultad de ascensión, sobre todo por su cara occidental con un
desplome cercano a los 600 metros. En la fachada del refugio
podremos observar distintos gráficos con las vías de ascensión a
la cima.
El Refugio J. Delgado Ubeda
es propiedad de la Federación Asturiana de Montaña, cuenta con 90
plazas, guarda, cantina, excelentes instalaciones e incluso agua
caliente, está abierto durante todo el año. El telefono de
reservas es el 985 92 52 00.
Una vez repuesta fuerzas en
su comedor, volvemos al exterior, para seguir disfrutando de tan
singular entorno, en el que pudimos observar parte de su fauna,
cuando retornábamos al punto de inicio de la ruta. |
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La vuelta la
hacemos sobre nuestros pasos, disfrutando de nuevas perspectivas y
distinta luz (En nuestra ruta, subimos con nieve por la mañana y
bajamos con la nieve derritiéndose por la tarde. Dándonos la
oportunidad de ver el paisaje en sus dos caras). |
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Disfrutando del
verdor de los pastos asturianos, alcanzamos la pista en la que
tenemos estacionado nuestro vehículo, dando por finalizada la ruta. |
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NUESTRAS ANÉCDOTAS:
Salimos de
Madrid a las cuatro de la madrugada del 28 de mayo de 2007,
Lucas, David, Zoltan y Carlos, llegamos a Arenas de Cabrales a las
8.45h, donde habíamos quedado con nuestro compañero Ángel (Que se
había desplazado a Cangas de Onis tres días antes). Desayunamos y
nos dirigimos al punto de inicio de la ruta. Ángel (El único que
había realizado la ruta anteriormente y que hacia las veces de guía)
nos comento que desde Sotres teníamos que coger una pista forestal
que no estaba en muy buen estado, que si no queríamos meter el
coche, seria cuestión de andar 3 kilómetros más, pero casi en
llano (que mala memoria tiene). Menos mal que no le hicimos caso y
entramos con el coche, pues aparte de los casi 7km. más que hubiéramos
tenido que realizar entre la ida y la vuelta, hubiéramos tenido que
sumar 210m. más de altitud.
La previsión
metereológica para la jornada, era de sol y nubes, el hecho es que
cuando comenzamos a caminar a las 10:00h, nos tuvimos que poner
todas las prendas de invierno, el cielo totalmente encapotado, con
fuerte viento, acompañado de agua-nieve, (lo que nos hizo recordar
la jornada de Ordesa, unos meses antes, en que un fuerte aguacero
nos acompaño durante toda la ruta). Cuando llegamos a la Majada de
la Tenerosa una de las habitantes de las casas nos saludo, “hoy vais
a tener buen tiempo” nos dijo, la miramos un poco incrédulos y le
respondimos “a ver, si es verdad”. Ella si que conoce el tiempo
por estos lares, pues una hora después el sol brillaba con fuerza y
se mantuvo así hasta el final de la jornada.
Una vez
pasadas las casas, nuestro compañero Ángel nos comunico que no
seguía, que estaba falto de fuerzas (pese a que él llevaba tres días
en Asturias) y regresaba para Cangas, intentamos convencerle, pues
él, era nuestro guía, pero se mantuvo en su idea, indicándonos que
siguiéramos el sendero y que cuando alcanzáramos el Collado
Vallejo prácticamente habríamos llegado (nuevamente su memoria
flojeo, nos había dicho que la ruta serian en total 12 km. ida y
vuelta, al final fueron 20km.). Nos hicimos a la idea de su abandono
y continuamos la ruta, con algún que otro comentario “Este se ha
ido a la casa de la lugareña a que le ponga unas buenas fabes”.
Mientras subíamos al Collado Vallejo, nos cruzamos con varios
grupos de montañeros que descendían desde el refugio. Una vez
alcanzado el collado, la visión del recorrido del sendero, a medio
costado de la pared rocosa, nos sorprendió gratamente. A la vez que
el desnivel hacia nuestra derecha, nos imponía cierto respeto (esta
zona con mucha nieve, tiene que ser muy peligrosa). El sol comenzó
a calentar y poco a poco, la ropa iba sobrando. A nuestra derecha
pudimos observar multitud de árboles con los troncos cortados y
muchos derribados, seguramente por aludes de nieve en inviernos
anteriores. También al fondo del barranco el pueblo de Bulnes y muy
claramente definida, la senda que sube desde el a la Vega de
Urriello (Una pasada de subida, con una inclinación muy fuerte y
constante; Menos mal, que nos decidimos a realizar la ruta desde
Sotres, pues en un principio manejamos la idea de hacerlo desde
Bulnes).
La última
parte del recorrido, unas interminables zetas con fuerte pendiente y
nieve blanda, se nos hizo un poco pesado (recordábamos que Ángel
nos había dicho que eran 6km de recorrido y el GPS ya marcaba
7,5km), El Picu parece estar ahí, pero aún tuvimos que sufrir un
poco hasta alcanzar el refugio. En el refugio comimos muy cómodamente,
solo estaba el guarda. Descansamos un buen rato e iniciamos el
regreso. En la hora que estuvimos en el refugio, el sol había
comenzado a derretir la nieve recién caída, de forma que nos
permitió poder observar el paisaje con unos colores y claridad
totalmente distintos a los de la subida, lo que provoco continuas
paradas para disfrutar de tan singulares vistas.
A las
16:30h llegamos a donde teníamos estacionado el coche, nos
cambiamos de calzado y nos dirigimos a Arenas de Cabrales, allí
tomamos unos cafés y telefoneamos a nuestro compañero Ángel, para
comprobar que estaba bien, comunicarle que habíamos finalizado y
retornábamos a Madrid, donde llegamos a las 22:15h dando por
finalizada la jornada.
Habíamos
bautizado está excursión como “Urriellu Express” (ir y volver
en una misma jornada) y así la anunciamos en el foro de Trotamontes,
enseguida aparecieron comentarios de que era una pequeña locura. Y
es cierto, que pese a nuestras obligaciones familiares, laborales y
nuestra edad (Ya no somos unos chavales), aún conservamos un
resquicio de locura adolescente, que no nos deja renunciar a conocer
parajes míticos de las montañas peninsulares. Somos unos
privilegiados, vivimos en el centro de la península y a cinco horas
de viaje en coche, tenemos a nuestro alcance la mayoría de los
sistemas montañosos peninsulares, aunque sea de forma escueta y sin
grandes gestas, intentaremos irlos conociendo. La cara de felicidad
que teníamos todos, sobre todo Lucas y Zoltan (Era la primera vez
que estaban en Picos de Europa), bien valen el esfuerzo de estás
pequeñas locuras.
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