Ruta circular Valle de la Barranca "Cuerda de las Cabrillas"

Distancia: 14 kilómetros

Cotas de altitud:

  * Aparcamiento Hotel la Barranca 1367m.

  * Peña Pintada 1858m.

  * Risco de los Emburriaderos 1949m.

DESCRIPCIÓN: 

  Comenzaremos la ruta en el aparcamiento situado junto al Hotel La Barranca (Al cual accederemos por la carretera forestal que sale en el kilómetro 57 de la M-607, en las inmediaciones del pueblo de Navacerrada).

Aparcamiento junto al Hotel la Barranca

  Caminaremos por la pista forestal, tras pasar la barrera que impide el paso de vehículos, y pronto nos serán visibles las bandas (Blanco-amarillo) que nos guiaran parte del recorrido. Observando a nuestra derecha los embalses del pueblo de Navacerrada y del Ejército del Aire, con el majestuoso perfil de la Maliciosa recortado en el cielo por encima de ellos.
 La pista discurre en paralelo al Río Navacerrada hasta alcanzar a nuestra derecha un área recreativa cercada con alambrada con bancos, mesas de piedra y una fuente . Continuaremos avanzando por la pista que tras separarse levemente del río volverá a acercarse a el acompañando nuestro caminar con el ruido de sus pequeños saltos de agua.

  Cuando la pista gira a nuestra izquierda, estaremos pendientes de encontrar la denominada "senda ecológica o camino Ortiz", que se nos mostrara en el margen izquierdo de la pista justo en el siguiente giro a derecha de la misma. Tras superar los dos pequeños escalones de piedra que marcan el inicio de esta senda, 
comenzaremos a introducirnos a través de ella, con un suave desnivel y cómodo caminar por el frondoso bosque de pino silvestre, entre cuyos claros empezaremos a observar a nuestra izquierda unas vistas excepcionales del pueblo de Navacerrada y su embalse.

  Cuando alcanzamos el Arroyo Chiquillo, la senda nos ofrece tres alternativas (Todas van a parar a distintos puntos de la pista forestal que abandonamos anteriormente) nosotros continuaremos de frente y nos llevara a la explanada donde antiguamente estaba situado el hospital de tuberculosos, desde este mirador obtendremos una singular vista del valle,
que aun mejorara cuando descendamos unos metros a la pista forestal que se nos muestra delante, bajo nuestros pies y en la que un cartel informativo junto a un pequeño grupo de piedras de su margen izquierdo conforman un mirador natural de gran belleza. En el que aprovecharemos para hacer una parada mas larga y reponer algo de fuerzas.

Panel informativo junto al mirador natural en el borde de la pista forestal.

Lucas, Fran, Rubén, Karlos, Ángel, Carlos y Miguel

  Una vez saciados de tan espléndida visión, retomaremos la marcha subiendo nuevamente por la pista (Con algún que otro repecho de mas dureza) hasta alcanzar en la parte mas elevada de la misma un nuevo mirador "Mirador de las Canchas" que nos permitirá observar la totalidad del Valle de la Barranca.

Y ayudándonos de los paneles informativos reconocer el nombre de los picos, gargantas, arroyos, canchales y embalses. que se muestran ante nuestros ojos. Y sobre los que destaca la singular belleza de La Maliciosa.

  Desde aquí también nos será visible el aparcamiento donde comenzamos la ruta, el cual divisamos al fondo del valle dándonos un claro indicio de la altitud que ya hemos ganado.

  Detrás del mirador al otro lado de la pista, parten dos senderos (ignoraremos el de pendiente mas suave que se dirige hacia la derecha) y tomaremos el de pendiente mas acusada que de frente y en un corto pero exigente ascenso nos llevara ayudados de pequeños hitos de piedras hasta Peña Pintada (1858m.).

Vista panorámica desde Peña Pintada 360º (440kb)
  Peña Pintada será el comienzo de nuestro recorrido por la Cuerda de las Cabrillas, mostrándonos a nuestro alrededor la majestuosidad de una buena parte de la Sierra de Guadarrama: El valle de la Barranca, Guarramillas, La Maliciosa, El valle de Guadarrama, Abantos, Cuelgamuros, Cabeza Lijar, La Peñota, Cerro del Águila, Siete Picos, El Telégrafo (y si el día es claro tras la silueta de Abantos y Cabeza Lijar, las cumbres puntiagudas de Gredos).  
  La senda está poco definida, pero ayudados de pequeños hitos de piedra comenzaremos nuestro avance hacia los ricos pétreos de Peña del Horcón, los cuales bordearemos por la derecha, descendiendo ligeramente hasta encontrarnos el sendero bien definido (Que habíamos desestimado anteriormente en el mirador de Las Canchas), por el que seguiremos avanzando hasta alcanzar el Collado de los Emburriaderos.

Tramo con poco desnivel y acompañados de retamas y muy escasos pinos silvestres en el que nos iremos recreando de nuevo con las vistas a ambos lados del cordal. Cuando nos aproximamos al Risco de los Emburriaderos, abandonamos el sendero por nuestra izquierda dirigiéndonos hacia la cima del conjunto pétreo, la cual alcanzaremos tras una pequeña trepada por la canal claramente visible a nuestros ojos.

  Tras la pequeña trepada, habremos alcanzado la cota de altitud mas alta de nuestro recorrido, y de nuevo las vistas que contemplamos nos embriagaran acompañadas de un silencio apenas roto por el ruido del tren Cercedilla-Cotos, reposaremos un buen rato hasta saciarnos de ellas, con el único lamento del exceso de hormigón que observamos en el Puerto de Navacerrada.

  Desde la cima del risco podremos optar por continuar por el cordal hasta alcanzar la parte contraria del mismo (sin marcas o hitos que nos guíen) o bien descender hacia nuestra derecha en busca del sendero que abandonamos anteriormente (En ambos casos deberemos volver al sendero para continuar la ruta). El sendero se dirige hacia el ya próximo Alto de Guarramillas, en este tramo deberemos estar pendientes

Karlos en el Risco de los Burrianderos (opto por continuar por el cordal)

de encontrar un pequeño sendero que sale hacia nuestra derecha (poco definido en un principio entre el enebro rastrero), justo tras superar una gran roca puntiaguda a nuestra derecha. Cogeremos este sendero marcado de nuevo con banda (blanca-amarilla) y en un continuado y empinado descenso nos llevara a introducirnos nuevamente en el pinar, donde perderá pendiente y

zigzagueante nos llevara a encontrar nuevamente la pista forestal, la cual cruzaremos y continuaremos por el mismo sendero que ahora se aproxima al arroyo de Peña Cabrita, discurriendo en paralelo a el, hasta alcanzar nuevamente la pista forestal, justo al lado de una fuente de piedra en la que podremos refrescarnos con sus cristalinas y frías aguas.  

  Tras un pequeño descanso en la fuente, tomaremos la pista forestal hacia nuestra derecha, descendiendo en cómodo caminar hasta alcanzar el aparcamiento junto al Hotel la Barranca, dando por finalizada la ruta.

NUESTRAS ANÉCDOTAS:

   En está ocasión compartimos senda: Ángel, Lucas, Fran, Karlos, Rubén, Miguel y Carlos.

   Rubén y Miguel era la primera ocasión que compartían senda con nosotros y su integración con el grupo fue estupenda, pues aunque nos conocíamos exclusivamente por sus colaboraciones en Internet con Trotamontes, las aficiones comunes "fotografía, Internet y la montaña principalmente", facilitaron que la charla fuera animada durante toda la jornada (Salvo los momentos de silencio que generaban las rampas mas duras).

  Comenzamos la ruta a las 9:00h con frío intenso (-4º), numerosas placas de hielo salpicaban todo el recorrido, pero no de forma continua, lo que motivaba nuestra indecisión sobre utilizar los crampones o no (Nos los pusimos un rato y como volvía a desaparecer el hielo nos los quitamos definitivamente), resultado "Carlos y Lucas terminaron topando sus cuerpos contra el duro suelo en sendas ocasiones". Con el transcurrir de la mañana la temperatura fue en ascenso, pues el día se nos presento con un sol luminoso, lo que unido a la ausencia de viento, nos permitió disfrutar de una excelente jornada de contacto con la montaña, disfrutando de esta singular y bonita ruta.

  Ángel empezó el día instalando su mercadillo ambulante de material de montaña, sorprendiendo a nuestros nuevos amigos, como si de un vendedor ambulante se tratara, comenzó a vocear sus ofertas "Vendo: Botas, crampones, cámara digital", todo por 100 euros, si el pago es al contado en 90 y os invito a unas cañas. Karlos se intereso por la cámara digital, pero Ángel (Le pierde el buen corazón que tiene) le hablo sin tapujos de la mala calidad de la misma y Karlos se desanimo, pero volvió a la carga sobre los crampones (una semana después todavía no han llegado a un acuerdo).

  La presencia de Fran se dejo notar, su charla animada, su buen humor, el sofisticado equipo de montaña que gusta llevar y los continuos chistes con los que nos amenizaba en los descansos, motivaron que las risas fueran frecuentes a lo largo de la jornada. A las que también contribuyeron el humor irónico de Karlos y algún que otro comentario de nuestro "Gallego" Ángel (Imposible de reflejar en este medio).

  Ángel fue el encargado de planificar la ruta, pero como de costumbre se la variamos en algunos puntos, "con moderación, ascenso a Peña Pintada y Risco de los Emburriaderos que el no había contemplado", pues en el mirador de las Canchas (Quizás envalentonados por el contenido de nuestras petacas: "Pacharán, licor de guindas y orujo gallego) hubo voces que proponían completar la ruta alcanzando las cimas de Guarramillas y La Maliciosa. A Karlos fue el que mas le costo renunciar a pasar por dichas cimas (El cuerpo le pedía marcha), pues en el Risco de los Emburriaderos se separo del grupo (Buscando un poco esa soledad en la montaña que tanto nos gratifica) y continuo avanzando por el cordal hasta llegar a la altura donde vio que cogíamos el sendero de descenso y decidió bajar para alcanzarnos y posponer la visita a La Maliciosa (Aún no la conoce) para otro día.

  En nuestros nuevos amigos "Miguel y Rubén" nos pareció apreciar cara de sorpresa cuando nos separábamos unos de otros y monte a través atajábamos buscando nueva senda ¡No os preocupéis les comentábamos, esto luego no lo contamos en la Web! palabras que no parecieron tranquilizarles mucho, hasta que no alcanzamos el sendero de nuevo. Pero al final de la jornada (16:00h) en sus caras se reflejaba al igual que en las nuestras, la alegría de haber compartido senda en un entorno tan gratificante.